La principal función de tus riñones es limpiar tu sangre. ¿Cómo lo hace? Filtrándola. Imagina que un riñón es un colador. La sangre pasa a través de él y las impurezas quedan atrapadas en su fina red. Luego serán recogidas y enviadas a la vejiga para ser expulsadas con la orina. Pero tus riñones no sólo filtran impurezas, también el exceso de agua de tu sangre.
Estos "coladores" son muy delicados. Para que funcionen bien debe haber un equilibrio adecuado entre las cantidades de algunas sustancias químicas que hay en tu sangre (en particular sodio y potasio). Cuando hay un exceso de sodio (algo que ocurre en las personas que abusan de la sal en sus alimentos) esa combinación deja de ser efectiva y el colador empieza a averiarse...
¿Cómo ocurre?
Imagina que los agujeros de la red del colador empezaran a deformarse, a ensancharse, a romperse. Es allí donde empieza una cadena de hechos:
- Si el "colador" se ensancha los riñones no podrán "colar" toda el agua que sobra en la sangre
- Al tener más agua, la sangre se volverá menos espesa.
- Mientras más suelto sea un fluido, circula más rápido y eso aumenta la presión que ese fluido ejerce sobre las paredes de la tubería que lo transporta. En el caso de la sangre eso tiene un nombre: aumento de la presión arterial.
Ese daño sucesivo a los riñones es irreversible y se conoce como enfermedad renal. Esta enfermedad genera que el cuerpo no elimine todos los desechos que circulan por sangre y hace que ésta se vuelva tóxica. Es como si el cuerpo se empezara a envenenar a sí mismo. Si la enfermedad está en una etapa avanzada se requerirán constantes sesiones de diálisis y hasta transplantes de riñón para que el paciente sobreviva.
Suena horrible, ¿cierto? Pues bien, eso es lo que puede pasarte si consumes sal en exceso. Estás malogrando tus riñones, tu sangre y tu salud en general. Ya lo sabes, come bien y no te excedas con la sal.
Más información sobre la enfermedad renal, en el siguiente enlace: Clic aquí
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