Revolución en los trasplantes de riñón

Cuando una persona experimenta fallos renales severos su vida está en grave peligro. Sólo tiene dos opciones para sobrevivir: O se somete a procesos de diálisis  (lo que significa acudir dos o tres veces por semana a un centro de diálisis para purificar su sangre) o someterse a un trasplante de riñón. Esta última es la única forma de volver a llevar una vida normal. 

Pero para recibir un trasplante, evidentemente, se necesita un donante. Es decir, una persona que voluntariamente acceda a ceder uno de sus dos riñones al paciente. Esta persona suele ser un pariente o allegado. El procedimiento tiene algunos riesgos para los donantes (de los que ya hablamos en otro artículo que puede leerse en el siguiente enlace: Aquí) pero en la gran mayoría de los casos los donantes continúan su vida sin ningún inconveniente con un solo riñón. Su generosidad, además, permite el enfermo se cure y se salve... Pero no todas las personas dispuestas a donar un riñón pueden hacerlo...

No basta querer donar

¿Por qué? Porque antes del trasplante los médicos deben asegurarse que su riñón es "compatible" con la sangre y los tejidos del cuerpo del enfermo. ¿Qué pasa si no es compatible? Que el sistema inmunológico del receptor podría considerar al nuevo riñón como un "intruso" y lo atacaría, como si se tratara de una enfermedad. Eso convertiría el trasplante en un fracaso. 

¿Qué alternativa le queda al que no tiene donantes compatibles? Pues esperar. Se coloca en la lista de espera, a la cola, con muchos otros enfermos renales. ¿Y qué esperan todas estas personas? El fallecimiento de una persona que haya autorizado la donación de sus órganos. Porque si un riñón es extraído poco después de la muerte de una persona, puede ser implantado en el cuerpo de un miembro de la lista y salvar su vida. Pero mientras eso sucede el enfermo renal debe llevar una vida difícil, sometiéndose a diálisis todas las semanas y a estrictos régimenes de alimentación.

Nuevas esperanzas

Pero una nueva técnica científica llamada "Desensibilización" desarrollada en los EEUU durante ocho años ha conseguido convertir los riñones "incompatibles" en "compatibles" en un porcentaje importante de los casos. ¿Cómo lo han hecho? Los médicos filtraron la sangre de los pacientes más sensibles a las donaciones para "retirar" de ella los anticuerpos que podrían atacar al riñón recibido. Los resultados son impresionantes: En los casos estudiados son más los enfermos que sobrevivieron luego de recibir un riñón incompatible que los que lo hicieron luego de recibir un riñón de una persona fallecida. Es decir, recibir un riñón incompatible con esta técnica es preferible a mantenerse en la lista de espera.

Según la investigación el 76,5% de los que recibieron un trasplante de un donante vivo incompatible, sobrevivió a los ocho años después de la operación. En cambio sólo lo hizo el 62,9% de los que recibieron un riñón de un donante compatible fallecido. De los que se quedaron en la lista de espera y no recibieron un transplante sólo sobrevivi'ó el 43,9%

Esta técnica puede darle esperanzas a millones de enfermos renales en todo el mundo. La prensa ya ha considerado el hallazgo como algo revolucionario porque podría extenderse a otro tipo de órganos como el hígado o el pulmón.

Más datos

• El estudio ha sido desarrollado por la Universidad John Hopkins de los EEUU y ha comparado las estadísticas de 22 centros de trasplantes y revisado las tasas de supervivencia de los pacientes ocho años después de la operación.
• Un reportaje de la BBC sobre el descubrimiento, aquí
• Puedes leer una entrevista al director de la investigación aquí (en inglés)

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Un artículo de contenidoweb.net para Clínica Urozen