¿Para qué sirven tus riñones?

Son del tamaño de un puño cerrado, tienen la forma de un frijol y una característica coloración marrón. La gran mayoría de personas tiene dos (aunque hay casos de personas que nacen ¡con tres o cuatro!) y son indispensables para la vida: Cumplen varias funciones pero la más importante sin duda es limpiar la sangre. Pero ¿qué significa eso? ¿Que tu sangre está sucia? Pues... lo estaría... si no fuera por este par de órganos: Tus riñones. 

Como todos sabemos la sangre recorre el cuerpo a través de la gigantesca red de tubos conocida como Aparato Circulatorio. Impulsada por el "motor" del cuerpo humano (el corazón) la sangre llega a todas las células que componen nuestro organismo, llevando oxígeno (recolectado de los pulmones) y nutrientes (recolectados del sistema digestivo). Las células del cuerpo absorben las cantidades de nutrientes y agua que necesitan y lo que "sobra" se queda en la sangre, junto con "pedacitos" de tejidos internos. Así es como la sangre se "ensucia". Si todos esos "desechos" se quedaran en al sangre, empezarían a acumularse, se volverían tóxicos y el cuerpo humano terminaría envenenado. Por eso la sangre debe limpiarse varias veces. Todos los días. Y para eso están tus riñones. Para funcionar como filtros que separan lo que se debe botar (sustancias de desecho, exceso de agua) de lo que se debe quedar




¿Como lo hacen? 

A través de millones de microfiltros llamados nefronas. Una nefrona consta, fundamentalmente, de dos componentes: 

  • Un vaso sanguíneo "filtrante" (llamado glomérulo, en donde la sangre es "colada"), y
  • Un conducto (llamado túbulo) por donde salen las pequeñas gotitas del líquido filtrado con todo lo sobrante: Un producto de desecho que llamamos orina.

Todas las nefronas se encuentran agrupadas en una regiones triangulares llamadas Pirámides Renales. Los túbulos de todas ellas desembocan en tubos más grandes que terminan en los Cálices Renales, unos grandes compartimientos por donde pasa la orina y que se unen en en el centro del órgano para verter el líquido en el "desagüe" principal: El uréter, el conducto que llevará la orina hacia la vejiga.  

Una química delicada

El proceso parece sencillo. Pero en realidad estos "coladores" que son las nefronas funcionan con reglas químicas muy complejas porque la sangre no siempre tiene las mismas cantidades de nutrientes o líquido (depende de lo que hemos hecho cada día, de lo que hemos comido y bebido etc...). Las nefronas "miden" cuánto hay de tal sustancia, cuánto nos falta, cuánto nos sobra y en función de eso desechan más o menos agua, más o menos elementos químicos. Mantener en el cuerpo las cantidades correctas de, por ejemplo, fósforo, calcio o potasio, es una de sus "preocupaciones" principales cada día. 

Pero las nefronas, aunque eficientes, son frágiles. La presión arterial alta o la diabetes pueden causarles graves daños. Pero también los hábitos de vida poco saludables. El alcohol, el tabaco, el abuso de medicamentos o drogas, el exceso de sal en la dieta o de grasa en el cuerpo, alteran de manera importante el equilibrio de sustancias químicas que hay en la sangre y obligan a nuestras nefronas a trabajar al doble de su capacidad, provocando que sufran "averías"Y una nefrona averiada es irrecuperable., Es así como, a través de los años, de manera lenta y silenciosa, los malos hábitos de vida pueden provocar Insuficiencia Renal, una grave enfermedad en la que el cuerpo ya no puede "limpiar" nuestra sangre por su cuenta. ¿Tiene cura? No. Sólo puede remediarse sometiendo al paciente a sesiones de diálisis por el resto de su vida o a un trasplante de riñón.




Un artículo de contenidoweb.net para Clínica Urozen 


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