Existen muchas parejas que no pueden tener hijos, por más que lo
intentan. Cuando después de un año de intentarlo la mujer no logra quedar
embarazada, los médicos empiezan a hablar de un problema de
fertilidad. El primer paso para enfrentarlo es averiguar dónde está el
problema... ¿Está en el cuerpo de él? ¿En el de ella? Para encontrar el origen
hay que hacerse una serie de exámenes que son más complejos en el caso de la
mujer, pues las causas pueden ser diversas y estar en cualquier parte de su
anatomía reproductiva. En el caso del hombre parece más simple: La
mayoría de las veces basta con un análisis de semen, para revisar si
sus espermatozoides son saludables, si tienen la concentración adecuada (es
decir, si hay suficientes) y si se mueven correctamente. El proceso es sencillo
pues se trata de depositar una muestra de semen en un vaso esterilizado para
que sea luego sea analizado en el laboratorio pocos minutos después. El
problema es que muchos hombres no se animan a ir a la clínica/hospital para
hacerse este examen por cuestiones culturales, vergüenza etc.
Un test casero
Pensando en esa situación un equipo de investigadores norteamericanos se
hizo una pregunta sencilla: ¿y por qué no hacer una prueba casera? Así
como hay pruebas de embarazo que una mujer puede hacerse en la comodidad de su
hogar, ¿por qué los hombres no podrían tener un analizador de semen que les
diga si sus células reproductivas tienen algún problema?
Así, desarrollaron una solución barata (cuyo costo de fabricación es de
menos de 5 dólares) que consta de dos componentes: a) Un dispositivo desechable
donde puede colocarse la muestra de semen y b) un accesorio que se acopla a un
smartphone. En combinación con la cámara de fotos que viene con los teléfonos
inteligentes, una app desarrollada junto con estos dispositivos permite revisar
la concentración de espermatozoides y analizar si tienen la movilidad correcta,
arrojando los resultados en pantalla luego de un minuto.
Pero ¿Funciona?
Se han realizado pruebas preliminares con muestras de semen de 350
individuos. Las muestras se dividieron en dos partes: Una fue analizada con el
dispositivo. La otra, con el método de laboratorio tradicional. El nuevo
sistema arrojó los mismos resultados en el 98% de los casos.
Aunque todavía el dispositivo no es comercial (tiene que pasar primero
por el visto bueno del organismo que regula los tratamientos y medicamentos
en los EEUU) los investigadores ya están buscando nuevos usos para la
tecnología que han desarrollado: Podrían desarrollarse análisis de saliva (para
detectar problemas pulmonares) y hasta de sangre. Pero no están solos en este
intento. Otros grupos de investigadores en diferentes partes del mundo están
trabajando en sistemas de diagnóstico médico miniatura que todos podamos tener
en nuestros celulares. Cada vez parece más claro, que en un futuro cercano,
nuestros smartphones también funcionarán como laboratorios clínicos.
Más información
- La investigación original -realizada por científicos de la Universidad
de Hardvard y del Hospital General de Massachusetts- fue publicada en la
revista Science Translational Medicine y puede ser revisada aquí (en inglés)
- Y aquí puede leerse un recumen de la agencia de noticias científicas Sinc.
Comentarios
Publicar un comentario