La silenciosa enfermedad renal

En los últimos días se desarrolló el Congreso Mundial de Nefrología en México (la nefrología, para los que no lo saben, es la subespecialidad de la urología que se enfoca en el funcionamiento de los riñones).  En medio de la cita se ha dado a conocer un informe sobre el estado actual de los problemas renales en el mundo. Dos cifras son particularmente impactantes: Una de cada 10 personas en el mundo sufre de Enfermedad Renal Crónica. Pero, lo más importante, es que solo el 10% de ese 10% sabe que tiene el problema. Los especialistas están preocupados porque creen que los hábitos de vida poco saludables de muchas sociedades modernas y la falta de consciencia sobre sus consecuencias, no están ayudando a que este problema disminuya. Sobre todo, si tenemos en cuenta que, en la mayoría de los casos, la enfermedad renal se puede prevenir.


Qué es la enfermedad renal

Como ya hemos explicado, la función más importante de los riñones es eliminar desechos y el exceso de agua del cuerpo humano. Pero los riñones, como cualquier otro órgano del cuerpo, pueden enfermarse y empezar a fallar. El problema es que las células renales una vez que se dañan pierden su capacidad para repararse. Por eso se considera que la enfermedad renal crónica (es decir, la pérdida lenta y paulatina de las funciones de los riñones) es incurable. Lo que sí se puede hacer es hacer más lento o detener el avance de la enfermedad. Pero para detener una enfermedad primero hay que detectarla y tratarla a tiempo. Si no se hace, el deterioro continúa hasta derivar en una insuficiencia renal, un momento en el que el paciente ya no tiene más remedio que empezar a someterse a sesiones frecuentes de diálisis o a un trasplante de riñón si quiere sobrevivir. 


Entonces, detectarla a tiempo es clave... Pero no es tan fácil. En sus primeras fases, la enfermedad renal crónica no da síntomas. Solo análisis de orina detallados pueden revelar lo que está fallando. Cuando la enfermedad avanza aparecen varios síntomas que pueden ser confundidos con los síntomas de otras enfermedades (lo que puede retrasar el diagnóstico). Estos son muy diversos e incluyen retención de líquidos, hipertensión arterial, hinchazones, pérdidas inexplicables de peso, problemas de apetito, resequedad de la piel, fatiga muy frecuente, disfunciones sexuales. En esos momentos la enfermedad todavía puede tratarse y detenerse, pero con tratamientos más severos (medicamentos, cambios radicales y a veces traumáticos en el estilo de vida) que los que hubieran sido necesarios si se hubiera detectado antes.

Evitarla

Entonces, siendo tan difícil de detectar ¿qué se puede hacer para evitar el deterioro de los riñones? Lo mejor que pueden hacer las personas sanas (o que creen estarlo) es prevenir. Y eso no es nada difícil si tenemos en cuenta que las principales causas de la enfermedad renal son la tensión arterial alta y la diabetes. Entonces todas aquellas medidas que permitan reducir el riesgo de padecer de ambos problemas médicos son muy efectivos para disminuir el riesgo de contraer una enfermedad renal. Son cosas claras y sencillas: Disminuir dramáticamente el consumo de sal, comer bien (bajar el consumo de grasas saturadas y azúcares), evitar la obesidad, alejarse del cigarrillo, hacer ejercicio físico moderado y, en el caso de antecedentes familiares de diabetes, controlar los niveles de azúcar en la sangre.

Sobre el Congreso Mundial de Nefrología puede consultarse la siguiente nota periodística del diario El Mundo. Clic Aquí




Un artículo de contenidoweb.net para Clínica Urozen 


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